De Lima al Sondondo

La carretera que conduce de Lima al sur de Ayacucho, vía Nasca, atraviesa pueblos con una gran biodiversidad, buena cocina y misteriosos lugares arqueológicos. Allá, en el sur, uno se la pasa bien. Y si va en auto, mucho mejor.


La ruta es larga pero vale la pena explorarla. Sugerimos salir de Lima temprano para realizar la primera parada en Palpa, luego de cinco horas a paso quieto. Palpa es un pequeño valle escondido que se abre misterioso entre cerros y dunas. Alberga interesantes tesoros como los petroglifos de Chicchitara y geoglifos en el desierto, pero además es pueblo pintoresco, con una Plaza de Armas rodeada de casonas antiguas que conservan su estructura original. Palpa, además, huele a mango, ciruela y naranjas, y es tierra de los camarones más colorados y carnosos. Allí se puede disfrutar, en los restaurantes al lado de la carretera, de fuentes acevichadas o de chicharrón. Para el postre: raspadillas de fruta o aquellos dulces de olla que prepara en su casa doña María Paz Herrera, tales como compota de mango, limones o naranjas agrias rellenas.


La ruta de Lima al Sondondo cuenta con todos los servicios necesarios para realizar un viaje seguro en auto, una razón más para recorrerla.

Unos kilómetros más (43 km) y está Nasca. Antes de llegar a la ciudad, en el km 421,3 de la Panamericana Sur, se encuentran las líneas y el museo Maria Reiche. Existe también un pequeño mirador desde donde se pueden ver algunos de los dibujos parcialmente. Si no piensan subirse a la avioneta, sirve para hacerse la idea de lo que se puede ver; eso sí, se necesitan paciencia y tolerancia para con los vientos. A poco más de 25 km, entre dunas y bosques de huarangos, está Nasca. Aquí puede pasar la primera noche; hay ofertas que integran paisaje con modernidad y que apuestan por el desarrollo sostenible. Nasca es ciudad grande y activa. Dentro de sus imperdibles están los acueductos de Cantalloc, modelo de tecnología hidráulica ancestral; las plantaciones de cactus para extraer la cochinilla (saliendo del hospedaje-fundo Wasipunko); y el impactante centro ceremonial de Cahuachi, que se encuentra en la mitad del desierto y data de entre los años 1 y 500 (cultura Nasca).


De Nasca se parte a la sierra por la carretera a Puquio. A 77 km de Nasca, vía corredor Nasca-Cusco; y a 870 km al suroeste de la ciudad de Ayacucho, se encuentra Pampa Galeras, Reserva Nacional a cargo de la Comunidad Campesina de Lucanas (Ayacucho). Este es el comienzo de un safari fotográfico de la fauna que habita la zona, sobre todo las vicuñas. Su piel canela contrasta con el dorado de los campos y cielo azul intenso. La reserva tiene una extensión de 6.500 hectáreas. El paisaje es único, y para gozarlo con tradición, lo mejor es viajar para el 16 de junio, 15 y 22 de julio o el 24 de junio, y presenciar el chaccu: práctica ganadera y ritual ancestral en el que se trasquila a la vicuña.

LLEGANDO AL FINAL
Lo conveniente será luego viajar hasta Puquio (a 154 km o dos horas y media de Nasca) por carretera asfaltada, desde ahí se toma el desvío al valle del Sondondo, parada final. Son 65 km, unas dos horas de viaje. Tierra de cóndores y andenería preinca, en este impresionante emplazamiento habitan diversas comunidades, como Andamarca, Chipao, Mayobamba, Aucará y Cabana, que han sabido cómo articularse para brindar servicios turísticos. Andamarca (distrito de Carmen Salcedo, provincia ayacuchana de Lucanas) es la puerta de ingreso al valle. Sus terrazas de cultivo de cereales, papa y habas fueron fuente de vida para generaciones, y hoy se encuentran en vías de recuperación. Todo es verde y florido, libre de contaminación, el hábitat ideal para diversas especies de fauna, como el cóndor andino.

En la pequeña Plaza de Armas de Andamarca hay un centro de cultura dirigido por Fátima Titu Huamán. Ella tiene también una pequeña cafetería que ofrece dulces de manzana y zanahoria, sánguches y pizzas. La comunidad ha sabido organizarse y propone un recorrido que une el mirador de los andenes con el Museo de Andamarca, el de Danzantes de Tijeras y Taller de Telares. Además, hay otro circuito arqueológico y de naturaleza (cuatro horas) en el que se puede visitar el Centro Arqueológico de Caniche, el Camino Inca y realizar observación de aves en la laguna Yarpu.

Pasen la noche en Andamarca. Vivan una experiencia única. Un real contacto con la naturaleza. Al amanecer, apúntense a ese viaje inolvidable que será el circuito de observación de cóndores. Toma media hora llegar al Mirador de Moyobamba y ver el vuelo de las aves. Pueden aprovechar también para visitar la localidad de Moyobamba y Chipao, los minivolcanes de Mayobamba y los baños termales. Un último dato para alegrar la jornada de regreso: el circuito del queso lucanino, que dura cerca de tres horas e incluye hasta ordeñado de vacas y degustación de quesos aromáticos. Haga sitio en la maletera que volverá cargado.

En el mes de junio se celebra la fiesta del chaccu en Pampa Galeras. Derecha: La oferta hotelera ya no es problema. Existen buenos hospedajes, como el Fundo Wasipunki (en la foto), en Nasca.

¿Dónde hospedarse?
Nasca Casa Andina Classic. casa-andina.com / Hotel Majoro. hotelmajoro.com / Fundo Wasipunko. 056-523-212. /
Palpa Manantial y Fundo de Santo Domingo de la Máquina. email: alfonsotijerog@hotmail.com
Turismo rural y comunitario: Máximo Rojas García: maximo.rojas.galeras@hotmail.com
Comunidad Campesina Lucanas: lucanas.org

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