Pucallpa, De sabores y colores

Ucayali, al noreste del país, es uno de esos lugares en donde uno contempla leyendas y revive sueños. En Pucallpa, el clima es cálido, con una temperatura promedio anual de de 26 °C. Eso sí, siempre es bueno llevar un impermeable por las lluvias.



Aquí se come tacacho con cecina y se brinda con cerveza San Juan y jugo de camu camu. Su río –el Ucayali– es el padre del Amazonas y guarda tantas historias y leyendas como cantidad de gente que lo ha recorrido. Célebres algunos. El Che Guevara pasó por aquí y lo recorrió hasta Iquitos. En sus costas, varias comunidades shipibas viven en medio de costumbres que mantienen hasta la actualidad, y en sus alrededores hermosas cataratas caen desde el cielo.

SHIPIBO-KONIBOS
La laguna Yarinacocha se forma debido a un cambio de curso del río Ucayali. Durante la temporada de lluvias (de noviembre a abril), el lago se une con el río a través de canales. Su puerto de embarque y desembarque más importante es Puerto Callao, donde se pueden encontrar diversas embarcaciones que te llevan a las diferentes comunidades shipibo-konibas. A la más importante se llega después de navegar por 30 minutos por la margen izquierda del lago. En San Francisco hay alrededor de mil habitantes y es considerada la comunidad shipiba más organizada de la región. Al llegar, uno puede ser partícipe de sus espectáculos de danza y visitar el pequeño mercado artesanal donde exponen los más hermosos telares.

En Pucallpa, el clima es cálido, con una temperatura promedio anual de de 26 °C. Eso sí, siempre es bueno llevar un impermeable por las lluvias.

Además, las mujeres hacen demostraciones de belleza pintándose el pelo negro azabache con un tinte natural que resalta, aún más, su exótica hermosura. Hacia el lado derecho de Yarinacocha se encuentra el caserío 11 de agosto. Este poblado se puede visitar de lunes a domingo. Los habitantes los recibirán felices, los invitarán a su centro de reunión y les mostrarán, paso a paso, la elaboración de sus más selectas artesanías, hechas íntegramente con elementos de la zona. En ambas comunidades se fomenta el turismo rural comunitario; así, los que quieran ir tendrán la posibilidad de hacer turismo vivencial con los pobladores.


El puente colgante de Aguaytía, a 161 km de Pucallpa, fue construido entre 1939 y 1942 y tiene cerca de 800 metros de longitud.
RUTA DE CATARATAS
Desde el centro de Pucallpa se puede tomar la carretera Federico Basadre por 183 kilómetros hasta llegar a Aguaytía. En los años ochenta esta zona era considerada “altamente peligrosa”. El terrorismo y el narcotráfico habían tomado posesión de estas tierras. Se saben historias de aviones cargados de coca que salían desde Aguaytía. Hoy la DEA tiene un puesto de vigilancia constante y se siente mucho más la presencia del Estado.

Hoy los pobladores aseguran que duermen tranquilos y a la hoja de coca ilegal le han puesto el pare los cultivos de café, cacao, piña y plátano. Para llegar al Parque Nacional Cordillera Azul se debe pasar Aguaytía. Uno se da cuenta que llegó cuando la selva baja desaparece y, en su lugar, una cadena montañosa de un azul oscuro invita a ingresar a la tierra de las cataratas. Se debe pasar el boquerón del Padre Abad, denominado así gracias al extravío de un desubicado Francisco Abad en 1757. Ahí verás una cadena montañosa erosionada por las aguas del río Yuracyacu. La primera será el Velo de las Ninfas: un grupo de cataratas que caen desde lo más alto del acantilado. Casi al frente y aún al lado de la carretera, se encuentra la Catarata del Diablo; si uno se concentra, puede ver el perfil del dios del inframundo dibujado entre las rocas.

Solo hay que avanzar cinco minutos más para llegar al Velo de la Novia. El auto se estaciona en un punto al lado de la pista, debes pagar cinco soles por el ingreso y seguir caminando por pocos minutos, internándose, aún más, en la selva de Ucayali. El sonido del agua chocando con las piedras alimenta el espíritu e invita nuevos asistentes a correr llenos expectativa. Al llegar, el paisaje no desanima. El nombre es literal: un blanquísimo velo de novia baja desde el cielo para alimentar a una quietecita laguna de transparentes aguas. Cuenta el guía que el hijo del curaca shipibo-konibo se enamoró de una plebeya.

El padre, molesto, los mandó a matar. Ambos murieron pero la naturaleza se compadeció de su amor. A él lo convirtió en laguna y a ella en una mágica caída de agua. Quizás por eso los lugareños aseguran que las parejas que se bañan en estas aguas tendrán amor eterno. Quizás por eso también el Velo de la Novia es una de las cataratas más bonitas del país, y los que fueron esperan con ansias el momento de volver.

Restaurante El Paiche
En Ucayali abundan los platos que fusionan sabores y colores. Sus innumerables insumos son los protagonistas de esta fiesta gastronómica. La patarashca, un pescado envuelto en hojas de bijao, y el tacacho con cecina suelen ser los invitados de honor en la mesa de los pucallpinos. Acompáñalos con un jugo de camu camu, cocona o carambola y, de postre, una guanábana, poma rosa, casho, zapote o shimbillo.


Cómo llegar?
En avión. Lan y Star Perú tienen vuelos diarios desde
80 dólares. El tiempo de viaje es de aproximadamente
1 hora.
Por tierra. 840 kilómetros desde Lima por la carretera
Central. La Oroya, Cerro de Pasco, Huánuco,
Tingo María y Aguaytía hasta llegar a Pucallpa 18
horas después.
En río. Cinco horas desde Iquitos, en botes que tienen
un precio de 100 soles por persona.
Dónde hospedarse?
Amazon World amazonworldperu.com
061) 575539
Manish Eco Hotel manishhotel.com.pe
(061) 577167
¿

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